lunes, 2 de agosto de 2010

VINO


Levántate, ¡oh ídolo!, y con tu hermosura
pon fin a la cuestión que al corazón aqueja.
Trae un cántaro de vino y juntos bebamos,
antes de que hagan cántaros con nuestro barro.

Llegó la nube y volvió a llorar sobre la hierba.
¡No hay que vivir lejos del vino tinto!
Hoy esta hierba es nuestro paisaje. ¿De quién será paisaje
la que crezca cuando seamos tierra?

Ahora que el rosal de tu felicidad está en flor,
¿por qué no está en tu mano la copa de vino?
Bebe vino, que es el mundo enemigo poderoso.
Difícil es hallar un día parecido.

¡Oh tú recién llegado del mundo espiritual!,
preso estás por el cinco y el cuatro y el seis y el siete!
Pues no sabes de dónde vienes, bebe vino;
pues no sabes adónde irás, ¡se alegre!

No están al alcance verdad ni certeza,
mas, sobre la duda, la vida entera no hemos de apoyar.
¡Cuida no soltar de la mano la copa de vino!,
sea en la ignorancia, sea en la agudeza, sea en la ebriedad.

Yo nada sé; el que me creó,
hombre del infierno me hizo o del paraíso.
Una copa, una hermosa y un laúd a la orilla del campo,
estas tres cosas para mí al contado, y para ti el cielo prometido.

Ser libre de incredulidad y de fe es mi religión.
Beber vino y estar alegre es mi modo.
Dije al universo, ¡oh novia!, ¿cuál es tu regalo de prometida?
Dijo: mi regalo de prometida es tu corazón gozoso.

Bebe vino que la vida eterna es ésta.
Tu cosecha de juventud es ésta.
En tiempos de vino y rosas y amigos ebrios
sé alegre un momento, que la vida es ésta.

Desde que el cielo pueblan la Luna y Venus,
mayor que el vino puro nada se ha visto.
Por ello los vinateros me sorprenden:
¿qué comprarán que supere lo que venden?


Omar Jayyam

1 comentario:

Leonel Martín dijo...

La verdad muy bueno tu blog, Escribis cosas interesantes, la verdad te Felicito.

Un abrazo y Aguante Racing :)